miércoles, 12 de junio de 2013

Perfume

Se fue. Dejó la puerta cerrada como un punto final en una oración. Un párrafo que da por concluído el final de un capítulo con regusto a un Continuará no cumplido, dejando tras de sí el suave olor de un perfume que huele amargo. Se ha ido y todavía queda la esperanza de que vuelva, y con ellas, sus olores, sus te quieros nocturnos que rozaban el alba, sus rosas de plástico decorando la habitación con falso aroma a sueños por cumplir.


Permanece aún su fragancia roja, quemándose ante el amarillo de una primavera con sabor agridulce, entre agostos olvidables y febreros demasiado cortos.

Y la puerta se abre, y ya no sé qué fue sueño y qué pesadilla.
y vi que estuve muerto en el sueño,
y vi que con la vida estaba soñando.

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